EL AGUA COMO RECURSO

Por qué debemos tener cuidado con esta sustancia básica para la vida

Aunque vivamos en un "planeta azul", el agua dulce y potable es un bien muy escaso. Ya en 2015, las Naciones Unidas advirtieron en su "Informe mundial sobre el agua" acerca de la inminente carestía de este recurso, principalmente debido al riego en la agricultura y al aumento de la industrialización. Además, el cambio climático está modificando el ciclo del agua global. Según estimaciones actuales, 3600 millones de personas (el 51 % de la población mundial) se ven afectadas actualmente por la pobreza hídrica. Todos estos cambios son razón suficiente para tratar este importante recurso de la manera más responsable posible.

La escasez de agua es el motor de la innovación: a causa de una larga sequía que provocó estrictas regulaciones del consumo de agua en California entre 2011 y 2017, los propietarios de jardines decidieron dar un toque de color a sus marchitos céspedes con pintura en aerosol respetuosa con el medio ambiente. Al fin y al cabo, el césped propio tiene que estar siempre un poco más verde que el del vecino en la eterna rivalidad entre jardineros aficionados. Desde entonces, la pintura verde para césped se ha hecho también popular en Europa y otros lugares.

Esta sería una simpática historia sobre las excentricidades humanas si no tuviera un trasfondo mucho más serio. A nivel global, la escasez de agua y su limitada disponibilidad en muchas regiones (es decir, la cantidad anual de agua dulce disponible per cápita) se están convirtiendo en un creciente desafío.

La disponibilidad de agua es menor de lo que usted piensa

Un ejemplo de ello es Alemania, un país en el que la concienciación con este problema no es muy alta a pesar de que el nivel del Rin, una de las vías navegables más importantes de Europa, bajó hasta valores récord a finales del 2018. Al igual que en otras naciones industrializadas ricas —pero no solo en ellas—, la ciencia, la política, la economía y la población evalúan la situación de forma casi siempre muy diferente. Entretanto, los hechos demuestran que, tanto en el ámbito privado como en el sector comercial e industrial, en el futuro es inevitable una gestión sostenible del agua como recurso. Y esto a nivel mundial. En resumidas cuentas, existe una necesidad acuciante de ahorrar agua, también teniendo en cuenta que muchos países más pobres con recursos hídricos relativamente escasos ya se encuentran al borde del colapso. En realidad, el problema nos afecta a todos.

LA ESCASEZ DE AGUA ACTUAL

tiene muchas causas

Según el informe mundial sobre el agua de las Naciones Unidas de 2018, actualmente cerca de 3600 millones de personas viven en zonas que están en peligro de sufrir una escasez importante de agua al menos una vez al año. Esto equivale a aproximadamente la mitad de la humanidad y, dependiendo de las circunstancias geográficas, políticas y económicas, las consecuencias podrían ir desde sed y hambrunas hasta guerras y grandes movimientos migratorios. Según las estimaciones de los expertos de la Unesco, en algo más de 30 años 5700 millones de personas podrían sufrir las consecuencias de la escasez de agua.

Además, las principales naciones importadoras, como EE. UU., China y Alemania, utilizan el agua de otros lugares para sus propios fines debido al suministro masivo de mercancías procedentes de otras partes del mundo. En todas partes, la producción industrial y agrícola utiliza grandes cantidades de agua, lo que en algunas regiones puede contribuir al "estrés hídrico" precisamente cuando demasiada agua propia acaba fluyendo hacia la exportación. Esta es agua que falta entonces a nivel local, lo que, a partir de cierto umbral, aumenta el riesgo de problemas ambientales y crisis económicas. Este ejemplo deja claro que todo está relacionado entre sí cuando se trata de agua. Y que es un tema global.

¿EN LA TIERRA HAY AGUA EN ABUNDANCIA, NO?

De hecho, más de dos tercios de nuestro planeta azul están cubiertos por agua, por lo que parece contradictorio que la escasez de agua pueda ser un problema serio, especialmente si tenemos en cuenta que el volumen de agua en la Tierra es inmenso: unos 1400 trillones de litros. Esta es una cantidad apenas concebible.

ahorrar agua

Sin embargo, el agua dulce solo representa alrededor del tres por ciento de las reservas totales y solo es posible acceder a una pequeña parte de ella sin grandes esfuerzos. De hecho, la mayoría del agua potencialmente utilizable por los humanos (pero solo parcialmente potable) se encuentra en los polos, en glaciares y en el permafrost.

El agua potable pura es mucho más escasa, ya que representa únicamente el 0,3 por ciento de la cantidad total: si tomamos como referencia un litro de agua, esto equivaldría a unos tres mililitros, lo que ni siquiera bastaría para llenar un dedal. Si nos paramos a pensar en ello, se le queda a uno la boca seca.

Según esto, más del 97 por ciento es agua salada que, una vez procesada mediante laboriosos y costosos métodos, podría usarse, por ejemplo, para el sector agrario. Esta no es una alternativa especialmente adecuada al agua bruta natural o al agua potable. En este contexto, no es de extrañar que los precios del agua suban de forma lenta pero constante.

Dicho de otra forma, solo utilizamos agua durante un determinado período de tiempo y luego la devolvemos al ciclo de una forma u otra. La cuestión fundamental es que, cuanta más agua usamos de forma puntual o simultánea para cualquier fin (o inutilizamos temporalmente a causa de la contaminación), más baja el nivel general para todos en el mismo período de tiempo. Este es un cálculo muy sencillo.

Y, dado que los recursos de agua no están repartidos de forma uniforme por todo el globo, factores como el crecimiento de la población, la industrialización en países emergentes y el cambio climático agudizan el problema, aunque de momento solo a nivel regional. Sin embargo, es un hecho indiscutible que la cantidad de agua disponible es cada vez más escasa en todo el mundo.

¿Qué queda de todo esto? Que el agua como "elemento" creador y sustentador de la vida es, sin duda, el recurso más valioso de la tierra. Y que solo tenemos una Tierra. Por tanto, tenemos que aprender a tratar nuestros recursos de la forma más cuidadosa posible. Ahorrar más agua es un paso importante e inevitable. De lo contrario, nos obligaremos a nosotros mismos a cerrar el grifo, y el aumento de los precios del agua será, con toda seguridad, el menor de nuestros problemas.

Como especialista en tecnología de lavado responsable, MEIKO se toma el tema del agua y la sostenibilidad muy en serio. En los sucesivos artículos de nuestra pequeña serie en torno al agua nos centraremos en los aspectos referentes al sector gastronómico.

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