Cualquiera que trabaje en un restaurante conoce el problema: un vaso sucio entra en el lavavajillas y no vuelve a salir limpio después del proceso de lavado, ya que a veces hay manchas de agua en la superficie. O porque hay rayas de color lechoso que transcurren por el borde del vaso o copa.
No hay duda: un vaso o copa así no tiene cabida en la mesa de los comensales ni en el mostrador, sino que se debe abrillantar a mano o incluso volver a limpiarse. Y el lavavajillas, que debería hacer el trabajo por usted o sus empleados, básicamente solo ofrecería el mismo resultado. Eso es tan molesto como innecesario. El mercado ofrece soluciones profesionales que garantizan que limpiar también significa limpiar higiénicamente. Sin abrillantar a mano. Y sin estrés. Después de todo, ya hay suficiente trabajo en la cocina.
AGUA DURA Y BLANDA
Para los lavavajillas, el agua blanda es generalmente más adecuada que el agua dura. Esta última contiene más calcio y magnesio, lo que puede provocar incrustaciones de cal en los lavavajillas y un mayor consumo de detergente. Si el agua del grifo tiene un alto grado de dureza, no habría que quedarse de brazos cruzados viendo cómo los conductos y las tuberías se incrustan con cal. En estos casos, es sensato utilizar un sistema de tratamiento de agua en el lavavajillas. El fabricante de lavavajillas MEIKO ofrece un módulo basado en la ósmosis inversa para sus lavavajillas profesionales (véase el recuadro). En la aplicación, pruebas de agua sencillas proporcionan rápidamente un primer resultado con respecto a la dureza del agua. También puede obtenerse información del proveedor local de agua.
SISTEMA DE ÓSMOSIS INVERSA
- UN AGUA SIN RESIDUOS
Un sistema de ósmosis inversa elimina casi todas las sales del agua. Como resultado, no hay residuos que puedan depositarse en vasos y copas. El sistema impulsa el agua a alta presión a través de una membrana que filtra las sales no deseadas y luego transfiere el agua al lavavajillas. Puede encontrar más información aquí.
EVITAR LA CORROSIÓN DEL VIDRIO
Un vaso o copa de alta calidad se puede lavar unas 1000 veces, afirma Klaus Völkner del fabricante de vasos y copas Stölzle. Pero en algún momento incluso el mejor vaso o copa se debilita: puede producirse corrosión del vidrio. La estructura superficial del vidrio se daña, aparece turbidez o incluso se producen pequeñas fisuras. Para aumentar la vida útil de los vasos y copas, se requiere una interacción óptima de agua, temperatura y detergente durante el lavado. Por esta razón, los proveedores profesionales instalan sus lavavajillas in situ con los clientes. Controlan el agua, ofrecen recomendaciones sobre el detergente y la temperatura y se aseguran de que la máquina ofrezca el mejor resultado de lavado posible. Y esto, a su vez, aumenta la vida útil de los vasos y copas.