Los pioneros energéticos de MEIKO GREEN Waste Solution y Rheintalgas e.V. intentan desarrollar una planta pequeña de biogás rentable para empresas gastronómicas, que solo trate los propios residuos alimentarios, fabricando a partir de éstos una energía limpia y un fertilizante natural. El objetivo: reducir considerablemente el impacto ecológico, bajar los costes energéticos y ahorrar dinero contante y sonante. ¿Cómo desean hacerlo estos visionarios? Con la ayuda de los valiosos residuos alimentarios y de cocina, compuestos por las siguientes tres categorías:
- Residuos de producción/de preparación de platos como cáscaras, hojas, etc., que se generan durante la preparación de los platos,
- Sobreproducción, que se evita en la medida de lo posible en todos lados, pero que por desgracia se genera en cierta medida y
- Desechos alimentarios, que los clientes dejan en los platos
Estos residuos alimentarios y de cocina de la región se recolectarán en el futuro en sistemas recolectores con depósitos y se transformarán en una planta pequeña de biogás en calefacción urbana y en un fertilizante natural. La planta de biogás en contenedores puede tratar al día hasta 1 000 kg de residuos líquidos. Esto parece mucho. Y lo es. Pero, en primer lugar, siempre se aplica el principio de prevención como criterio máximo a la hora de preparar comidas y, en segundo lugar, esta cantidad no la produce una sola empresa sino varias.
La clave es: la pequeña planta de biogás se instalará en el centro del pueblo. Esto significa unos trayectos extremadamente cortos: para los desechos alimentarios hasta la pequeña planta de biogás y, por otro lado, trayectos cortos para los fertilizantes, que se entregan a los agricultores de los alrededores. Hablando claro: aprox. 10-20 kilómetros en vez de los anteriores 50-100 kilómetros.
El biogás todavía se quema en el contenedor y se utiliza para la producción de calefacción urbana para la red local de calefacción urbana. Con ello se pueden calentar alrededor de 30 hogares de media al año.
Además, la ubicación expuesta contribuirá a que los residentes y los comerciantes locales presten más atención al tema de los desechos alimentarios y los residuos de cocina. ¿Cómo los evito? ¿Cómo los separo y los reciclo de la mejor manera? Aquí lo podemos ver casi frente a nuestra puerta.
En las plantas de biogás se esconde mucho potencial. Los desechos alimentarios procedentes de empresas gastronómicas son el perfecto material de salida para ello. La bioenergía y un fertilizante de alta calidad son el resultado.
Dr. Michael Meirer, Director de Consultoría de MEIKO GREEN Waste Solutions
PLANTAS PEQUEÑAS DE BIOGÁS
– así funcionan
Restaurantes, comedores de empresas y hospitales recolectan los desechos alimentarios y de cocina que se generan in situ en un sistema de depósitos. Para ello, los residuos biológicos se trituran en la propia empresa con la ayuda de una estación de entrada, p. ej., un MEIKO GREEN BioMaster, transformándolos en un líquido parecido a un smoothie, para ser bombeados sin olores a un depósito, a través de un sistema de tubos.
Un camión recoge los residuos alimentarios de alta calidad, desde un punto de vista energético, y los transporta a la planta de biogás, situada a una distancia aproximada de diez kilómetros. Allí, a diferencia de las plantas de biogás, que reciben los residuos en un sistema de barriles, éstos se bombean, en gran parte sin olor , a un depósito de 30 m³, que se encuentra en un contenedor móvil. Tras 30 días se generan biogás y fertilizantes con la ayuda de microorganismos en un sistema cerrado, es decir, sin oxígeno.
Entre el 10 y hasta el 20% de la cantidad de residuos se transforma en biogás y se quema en un quemador de gas. El calor residual resultante se suministra a la red de calefacción urbana de las proximidades, a través de una tubería de pocos metros de longitud. Con el calor (hasta aprox. 600 kWh de calefacción urbana por día) se pueden calentar hasta aprox. 30 hogares.
Entre el 80 hasta el 90% de la cantidad de residuos orgánicos se quedan como residuos de fermentación y son bombeados a un depósito de 14 m³ de tamaño. Los agricultores de la región los recogen 2-3 veces al mes y reparten el fertilizante natural de alta calidad por sus campos. En los periodos sin fertilizantes, los almacenan en depósitos, en la granja.
La planta se controla digitalmente y los propietarios reciben inmediatamente un mensaje push en su smartphone si se producen anomalías.
LAS VENTAJAS DE UNA PLANTA PEQUEÑA DE BIOGÁS, QUE FUNCIONA CON RESIDUOS ALIMENTARIOS
- Gracias al principio de productos locales, todos los nutrientes permanecen en la región y se transforman sobre el terreno en calor y fertilizantes naturales de alta calidad. La importación de energía fósil así como de fertilizantes sintéticos puede ser sustituida parcialmente. Esto ayuda a la comunidad a ser algo más independiente.
- El proceso de recolección casi sin molestas sustancias garantiza unos desechos alimentarios y de cocina de alta calidad, que se transforman en energía de la mejor manera posible.
- Tratamiento en un sistema cerrado: sin olores y eficiente
- Sistema flexible: el conocimiento técnico y el arte de ingeniería concentrado de una planta de biogás grande sobre la superficie de un contenedor marítimo. Toda la instalación puede transportarse sin problemas con un camión, para así poder ser utilizada rápidamente en otro lugar.
CALENTAR CON BIOMETANO EN VEZ DE GAS NATURAL
Para conseguir el objetivo de 1,5 grados, se utilizan todas las fuentes de energía renovable disponibles. La Asociación Alemana Biogás deja patente en su documento informativo «Potencial de volumen técnico sostenible para metano de plantas de biogás» que el biogás puede aportar su granito de arena a la transición energética. Si se transformaran en biogás todos los residuos fermentables de Alemania, éstos podrían sustituir el 42% del gas natural ruso. Más energías renovables en la mezcla energética significa una menor emisión de CO2. En el 2020 se pudieron ahorrar en Alemania alrededor de 20 millones de toneladas de CO2 gracias al biogás.